sábado, 17 de agosto de 2013

Paterna del Madera 2013 (novatos prometedores)


Paterna del Madera era una incógnita total: Nadie sabía con seguridad la distancia, no estaba claro si era tipo A o tipo C, había varias rutas posibles para ir... Supongo que es lo que tiene ser la primera edición.

De hecho, cometieron bastantes errores, aunque hay que decir que se les veía ánimo y espíritu de mejora. Por ejemplo en los baños no había nada de papel (a última hora ya sí), o sobre todo eso de que más o menos a partir de la posición 150 ya no quedara agua en la meta para los corredores (aunque luego vi a una voluntaria venir con una pack de botellines que además eran de otra marca, como adquiridos de correprisa). Pero bueno, pese a los pequeños fallos que achacaremos a la inexperiencia la valoración final es positiva (y mención especial a las muchachejas del segundo avituallamiento).

El regalo bien: Camiseta de algodón (que algunos ya no sabemos donde meter las camisetas técnicas), botecito de miel, botellita de aceite ecológico y una mininevera como la de El Salobral del año pasado que viene muy bien en los viajes para mantener fría la botellita de agua o el bote de bebida con glucosa.

Tras varias carreras por la tarde, esta vez volvíamos a la mañana aprovechando el día festivo (15 de agosto), fecha que también hacía que no hubiese demasiada gente apuntada (menos de 400). Eso a mí me jugó una mala pasada, y no fui el único, ya que aunque en principio íbamos a ser 9 keniatas, Hurtado hizo un extraño y no llegó a tiempo.

La salida resulta desquiciante, con casi dos kilómetros cuesta abajo. Tanto que los keniatas, que habíamos dicho de ir en grupo con calma y sin agobiarnos porque casi todos corríamos a los dos días en Cenizate, nos vamos separando de la propia inercia y velocidad de la carrera, de manera que al poco a la cabeza del equipo estamos un grupo de tres con Pepito, mi hermano y un servidor.

Pese a que algunos van realmente rápido, nosotros más o menos nos mantenemos sin ir a tope (aunque vamos a más o menos 4:15, que tampoco está mal), y pronto abandonamos la carretera para meternos por los caminos. Y qué caminos. Los paisajes son chulos y la carrera debe ser la leche, pero yo personalmente apenas la disfruté porque no podía quitar la vista del suelo, ya que eran caminos de los de pedrolos del nueve, de esos que a la que te descuidas te cuesta un tobillo.

Al llegar a los caminos y empezar la subida mi hermano acusa el haber bajado tan rápido y se queda, dejándonos a Pepito y a mí como puntas de lanza, pero Pepito no está entrenando mucho últimamente y cuando llevamos un rato de subida se nota que voy más fuerte y tras despedirme tiro millas. Estoy solo. Espero saber controlarme, porque es en Cenizate donde quiero ir a muerte, y para eso aquí no puedo pasarme.

Como nunca he hecho esta carrera (ni yo ni nadie) no tengo muy claras las referencias de tiempo, ni si los más o menos 5:10 que llevo son rápido o lento, sólo sé que en general voy más o menos adelantando a gente y que los pocos que me adelantan lo hacen a mucha velocidad, notándose que es gente acostumbrada a las cuestas, así que igual que en Tarazona me guío sobre todo por las pulsaciones, y dado que estoy sobre las 160 supongo que la cosa va bien.

Hacia el km 6 hay una pendiente especialmente chunga, y dado que ya llevamos 4 km de subida la cosa se hace especialmente dura, pero finalmente llegamos al km 7 y volvemos al llaneo. Cuando pasamos por el cementerio está claro que estamos volviendo al pueblo, así que aprieto un poco.

En la entrada al pueblo cometo el error que creo que hemos cometido todos: Ves el pueblo, oyes al Villa... y lógicamente crees que ya queda poquito, por lo que ya aceleras a muerte. Como digo, gran error, pues desde ese momento hasta la meta queda más de un kilómetro (los kms estaban marcados con carteles, así que igual sí que se podía ver y saber que aún quedaba, pero admito que a partir del 6 la verdad es que no me fijé, como digo iba muy pendiente primero del suelo y luego de ir rápido pero sin pasarme).

Lo dicho, a la entrada del pueblo aprieto, y los demás conmigo, de manera que empiezan los piques, y yo ya sabéis que no soy de los que necesitan muchos ruegos para echar mano al plato, así que me pico y le meto caña. Como además la parte del pueblo es cuesta abajo, ese “le meto caña” significa que hago el kilómetro del pueblo a 3:40, y pese a ello apenas adelanto un par de posiciones (para que os hagáis una idea de cómo íbamos todos). Sin embargo, el final final no es cuesta abajo, y dado que todos hemos forzado bastante, esos últimos metros se hacen duros.

Aquí ya se veía la meta...

Por allí anda el Tato, pero como no llevo la camiseta no me ve, y dado que está al lado de los altavoces, aunque me desgañito llamándolo para avisarle no me ve hasta que no es demasiado tarde. Da igual, yo ya estoy en modo automático. Me voy fijando porque por la meta debería estar mi hija y querría entrar en meta con ella, pero no la veo, así que cuando me doy cuenta he entrado. 48 minutos para los casi 10 km de carrera y una media de 159 pulsaciones, no está mal.

Mención especial para Curro, que pese a la ciática galopante sabiendo que era el octavo corredor le echó un par y acabó llegando a meta pese al dolor para así poder puntuar como equipo.

El piscolabis es algo básico, con sobre todo fruta, y el agua ya he mencionado que es un fallo, pero como dejan pasar a la piscina se compensa un poco. Sin embargo yo tengo reservada una casa rural en la zona y me piro en cuanto puedo, que hay que descansar (pese a ello al día siguiente me iría a trotar por las cuestas de la zona en entrenamiento corto y suave teóricamente de descarga, espero no pagarlo el sábado en Cenizate).

Por cierto, a la hora de la comida aparecieron Gabi y compañía por mi complejo, y pude resolver la duda planteada unas cuantas publicaciones atrás: Aunque antes lo de dar un dorsal a cada corredor para todo el circuito sí se hacía, ahora no se hace así, y los únicos que tienen el mismo número todas las carreras son los 5 primeros del circuito anterior tanto en hombres como en mujeres).


No hay comentarios:

Publicar un comentario