viernes, 6 de diciembre de 2013

Pozo-Cañada 2013 (O "Récord por sorpresa")

Vale, sí, esta carrera fue en Septiembre. Llevo un huevo de retraso, y seguramente ya pase de comentar las que no he “cronificado” hasta ahora, pero es que esta ya la tenía medio escrita, y además es mi actual récord en un 10K.

Pozo-Cañada es una carrera famosa en el circuito de Albacete. A cualquiera que le preguntéis os dirá que es “fea”, “aburrida” o algo similar; sin embargo yo no lo veo así, es cierto es la carrera es algo monótona, una larga recta que cruza todo el pueblo que tienes que recorrer arriba y abajo una y otra vez, pero yo prefiero llamarlo “carrera social”, una carrera que te permite alegrarte cuando ves la ventaja que le llevas a X persona o cabrearte cuando ves lo mucho que te lleva Y persona.

La cosa no empieza bien, porque llego con un pequeño apretón y resulta que al menos en la zona principal sólo hay un baño y además sin papel, pero consigo salir del paso (tampoco voy a ponerme a dar detalles de ciertas cosas). Los saludos típicos a los conocidos y rápidamente a calentar. Hace viento, pero entre los edificios no se nota mucho.

Aquí están todos los Keniatas y un posible nuevo fichaje. Como de costumbre, yo demostré mi extraordinario talento para perderme las fotos de grupo.

Empieza la carrera y se me olvida enchufar el GPS, que hasta que se carga hace que pierda unos metros y unos segundos que luego tendrán importancia. Aunque he salido bastante ligero, porque por esas fechas empezaba a notar el entrenamiento de la maratón y quería probarme, el haber estado pendiente del GPS hace que pierda toda referencia que podía haber cogido, así que ando algo perdido. Empiezo a mirar a todas partes y pronto localizo a un Acero Sport con perilla blanca que últimamente ha estado corriendo más o menos conmigo, aunque al poco me adelanta mi endoamigo Jesús Gil, quien siempre me saca del orden de uno o dos minutos por carrera. Sin embargo como digo me siento fuerte y digo que qué carajo, que intento ir con él y que cuando reviente ya me arrastraré hasta la meta.

Nos vamos tan felices de charleta, y además la salida rápida se nota, el primer km me sale a menos de 4. Entramos en la rotonda del final del pueblo y damos la vuelta. Seguimos a tope porque el segundo km me sale a 4:05, pero de momento aguantamos bien, tanto que incluso en el km 3, el que tiene la única subida (y bajada) de todo el trayecto, lo hacemos a 4:18 entre saludos a amigos y compañeros.

Cumplimos el km 4 en la larga recta que cruza el pueblo a 4:21, y en ese momento me doy cuenta: No sólo no estoy petando, sino que parece que a Jesús le empieza a costar seguirme el ritmo. Eso me da un empujón moral bestial y me vengo arriba de manera que hago en quinto km a 4:09. No sólo eso, sino que como al final está la rotonda me doy cuenta de que el Segur, el Top Élite de los Keniatas, no me lleva tanto (sí, sí me lleva tanto, aún me queda un poco hasta la rotonda, y él ya la ha hecho y está volviendo, pero estoy con la confianza a niveles casi peligrosos de tan alta y eso es lo que percibo), y como además al rodear la rotonda veo que voy por delante nada menos que del Zorro y Eco se me viene encima la paja mental definitiva: Voy a pillar al Segur (puesto así no os dirá nada, pero equivale más o menos a que alguien con una pierna escayolada y muletas diga “voy a ganarle a Usain Bolt en una carrera de 100 metros”).

Me pego los siguientes dos kilómetros a 4:10, animado al ver que no sólo no me veo cansado sino que cada vez me veo mejor, así que con cada saludo a compañero que llevo detrás me vengo un poco más arriba. Doy la segunda vuelta a la primera rotonda preocupado porque lejos de pillar al Segur cada vez me lleva más. Además parece que no le saco ventaja a los que llevo detrás, especialmente al Zorro que se ha venido arriba con Adela Cabañero, así que tras la segunda cuesta piso a fondo. Ya estoy algo al límite, así que me cuesta mantener el ritmo, pero Jesús poco a poco se va quedando, y además de pronto hago cuentas y veo que voy en tiempo de récord personal, así que ahora ya no tengo opción: Hay que ir a muerte.

Mi cara lo dice todo, estoy al 100% y con la confianza a tope.

Corro el último km a menos de 3:50, pero entonces me acuerdo: El GPS tardó en conectarse, así que cuando llegue a meta no registrará 10 km completos para guardar la marca, de manera que cuando llegue a meta tendré que seguir corriendo.

Me pego mi típico sprint final pero cuando voy a atravesar la línea de meta mi hermano está cruzando en el otro sentido, así que me pongo a saludarlo y me descuido, de manera que a dos metros de la meta me pasa “follao” alguien. Reacciono tarde y aunque aprieto no hay espacio material y llega antes que yo, pero aprovecho el acelerón para seguir corriendo hasta que le GPS registre los 10 km.

Aquí se puede decir que "vuelo hasta la meta".

La cara de los que me cruzo no tiene desperdicio, supongo que estarán pensando “pero qué está haciendo este gilipollas en pleno sprint si la meta está 100 metros más atrás”, pero es lo que hay. Rápidamente completo los más o menos 150 metros que faltaban y apago el GPS. Lo he conseguido, 10.000 metros por debajo de 42 minutos, he corrido a una media de 4:10, y encima con una media de pulsaciones de 161, una pasada (de hecho, ayer en el entrenamiento corrí menos km, a menos velocidad media, y di más pulsaciones, así que va a ser que lo de entrenar sí que es importante). Lógicamente no he pillado al Segur, que me ha sacado una barbaridad y media, pero es mi carrera más rápida hasta la fecha.

De hecho no empiezo a ser consciente de lo conseguido hasta que veo en casa las clasificaciones: Todos los que han entrado conmigo han hecho la carrera en unos cuantos segundos más que yo, pero claro, los que corren a estas velocidades en la salida no se colocan más o menos por la mitad del pelotón como yo sino unas filas más adelante.

El piscolabis está bastante bien, aunque desgraciadamente no hemos conseguido ser suficientes como para que nos den el jamón que se llevan todos los clubes que llevan a 15 corredores. Sin embargo el Zorro demuestra que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y aunque no tenemos jamón, se ha llevado un jamonero y cuchillo a juego, por lo que no tardamos en encontrar alguien interesado en el proceso simbiótico (en realidad no puede haber simbiosis o mutualismo entre miembros de una misma especie, tiene que ser entre especies distintas, pero seguro que entendéis lo que quiero decir).

El Zorro sí que sabe... Y atención al Isma detrás.

Ventilado el jamón y algunas cervezas, nos montamos en el coche y de vuelta a casa a disfrutar de lo conseguido.