miércoles, 19 de junio de 2013

Albacete 2013 (o "Soy Dios")


Aviso: Esta crónica me ha salido larga (y no soy famoso por hacerlas cortas), pero la ocasión lo merece.

Llegó el momento. La prueba reina del circuito. La Media Maratón de Albacete.

Y, como prácticamente todo el mundo que conozco, quería hacerlo lo mejor posible, ir a muerte, batir mi propio récord.

Admito que no estaba demasiado ilusionado ni motivado, de hecho, casi me molestaba, pensaba: “joder, tener que ir a muerte desde el principio, aguantar al límite 21 kilómetros si quiero bajar de 1:40, no me apetece nada”. Pero también es cierto que en anteriores carreras iba igual de poco motivado y una vez en materia me animaba y tiraba millas, así que supuse que me pasaría lo mismo y preparé la carrera como en las grandes ocasiones: Botellita con tapón para chupoptear con redbul (en realidad mercadonabul que es más barato), y el resto hasta los 33 cl enrasado con aquarius (que tampoco lo es sino eroskiquarius), un gel de esos de pogüergel y un glucosport. Pero como no pude quedar con Juan, mi proveedor oficial, me llevé un segundo gel por si acaso (de todas formas Juan le había dejado el glucosport a mis compañeros, así que tenía el bolsillo-hombrera a tope de drogas).

En cuanto a entrenamiento, no es que hubiera entrenado que te cagas, pero estaba mejor preparado que otras veces. Aunque, eso sí, la natación del viernes seguía ahí y además me pasé todo el sábado por el monte mirando piedras en el V Encuentro de Geología de Castilla-La Mancha, lo que me dejó la rodilla izquierda algo tocada (algo que pasa a menudo desde que me la jodí esquiando).

Vale de previos. Esta vez no había que viajar, y como lo que más me jode de las carreras es el madrugón en fin de semana, aunque mis compañeros habían quedado a eso de las 8:30 yo preferí descansar todo lo posible, de manera que me levanté pasadas las 8 y salí de casa a las 9:10 trotando para ir calentando.

Míralos qué guapos todos.

Cuando llegué al que debe ser el sitio de quedada más común de toda la carrera, la fuente del parque, allí estaban los keniatas, por lo que tras las broncas por la hora corrieron las fotos, y tras eso todos a calentar y/o a colocarse.

Yo ando buscando a un colega, pero no lo veo, así que cuando localizo a Alberto Rey y JuanRa, que más o menos van a hacer un tiempo parecido al mío, me coloco en el mogollón (aunque por diversos motivos esta carrera tengo intención de correrla solo, supongo que tampoco pasa nada si voy acompañado los primeros tramos).

Pistoletazo de salida, y en los más o menos 30 segundos que tardo en cruzar la línea de salida me queda claro que aunque estaba desmotivado todo eso ha desaparecido y mis piernas me están pidiendo caña, así que allá que voy.

Como siempre, la primera curva a la izquierda tras la avenida es un cuello de botella y la cosa se ralentiza mucho, pero tras eso en general la cosa va ligera, tanto que incluso alguno está a punto de comerse unas cuantas vallas que hay en los aparcamientos. Pronto damos la vuelta al parque y el primer kilometro sale a 4:46, por lo que genial, voy en tiempo objetivo. Poco imaginaba yo que a la postre ese sería con diferencia el minuto más lento.

La nueva subida a circunvalación hace que ya desde el principio puedas pillar unas cuantas referencias visuales, y resulta que soy uno de los primeros keniatas si no el primero (aunque el Segu me adelanta pronto). Por delante veo a Juan Soler, que tiene en mente hacer más o menos mi marca pero que ha salido delante en la caja de los federados.

El Segu a punto de pasarme como una exhalación.

En ese trayecto me adelanta un ciego, que lleva un compañero que lo va advirtiendo. Durante un rato antes de que me adelante me dedico a colaborar con la causa, encontrando desde gente que se aparta sin problemas a los que no se enteran de nada porque van con los cascos y tienes que darles en el hombro, pasando por algún imbécil que se queja de que por qué se tiene que apartar habiendo tanta calle.

Tras terminar el segundo km en 4:21 y llevar el tercero a buen ritmo JuanRa expresa en voz alta justo lo que yo estaba pensando: “Tenemos que aflojar un poco y pillar el ritmo objetivo”. Pero pese a ello me siento fuerte y decido seguir un poco más así pensando que cuando empiece a notar el cansancio ya pararé y recuperaré y que así tendré tiempo ganado al reloj por si al final me da un bajón.

Llego al cruce del Parque Lineal habiendo hecho el tercer km en 4:17, y ahí ya sí que decido dejarme llevar un poco por la carrera. Como además ese tramo es el de la subida y bajada a la estación vuelvo a coger referencias visuales y veo que sigo más o menos a la misma distancia de Juan pero que los keniatas de élite ya van cogiendo posiciones (por delante de mí, lógicamente).

Para no aburrir demasiado, baste decir que me paso muuuuchos de los kilómetros siguientes sobre los 4:30, a veces algún segundo arriba, pero lo más habitual es que sean dos o tres abajo.

En la primera subida a la Feria, que por cierto esta vez no es por en medio del paseo sino por la calle aledaña, ya voy totalmente solo, por lo que me quedo yo con mis pensamientos, que poco a poco se van quedando en simplemente ver el ritmo que llevo y cómo me encuentro (sigo sobre 4:30 y las pulsaciones acompañan, ya que pese a ir más rápido de lo que pretendía apenas suben de 160).

La bajada de Arquitecto Vandelvira y zona de subida del Parque nunca se me han dado bien, y me salen dos kilometros algo más lentos de lo habitual, pero entre que al llegar al Parque veo a una chica de amarillo darse un guarrazo bestial contra el bordillo (lo cual hace que esté peor que yo, lógicamente) y que la nueva subida al “cortinglés” me permite tomar referencias visuales y ver que voy francamente bien me animo bastante y aprieto el paso.

Poco podía sospechar nadie lo cerca que yo estaba...

Paso por segunda vez por el Hotel Los Llanos y me encuentro al colega que estaba buscando al principio parado, me freno brevemente a ver qué le pasa y me dice que siga, que no es nada. He perdido unos 5-10 segundos, pero creo que había que hacerlo.

He estudiado bien el trayecto y sé que el segundo paso por meta supone haber hecho unos 8 km y pico, así que saco mi gel porque aunque suelo tomármelo a mitad de carrera ir tan rápido me hace pensar que agotaré las reservas antes, así que me lo voy a tomar en el km 9.

Ahora sí que está la subida al puente de madera, y aunque me la conozco y sé que es cortita y suave, como siempre se me resiste un poco, pero en la bajada me encuentro con un golpe de moral al encontrarme y superar a mi colega Ramón (tampoco es para alegrarme, está jodidillo y no sabe si podrá terminar).

Nuevas referencias en la subida y bajada a la Estación, y encaro el que todo el mundo anuncia como el peor tramo, el más largo por las zonas más desangeladas de toda la carrera. Sin embargo, lo afronto con mucha fuerza al mirar el reloj y ver que a mitad de carrera voy cumpliendo el objetivo de bajar de 1:40 e incluso me sobran segundos (obviamente, me equivoqué al mirarlo, ya que por ese entonces iba bastante mejor que eso). Además, en las mencionadas referencias visuales descubro que voy delante de JuanRa, del Presi, de Alberto... Joder, que voy que te cagas.

En ese momento empiezo a arrepentirme de mi parada samaritana, ya que 10 segundos pueden ser perfectamente la diferencia entre acabar por debajo o no de un minuto concreto. Pero como siempre, ese sentimiento de cabreo me da adrenalina para seguir.

Y es entonces cuando se me ilumina la bombilla. Estoy llegando al final del Paseo de la Cuba, y como mi cabeza no está para muchas matemáticas pregunto en voz alta al grupo en el que voy si alguien sabe a cuánto te sale la media si vas a 4:30. Aunque un par no lo saben, un C.A. Albacete me dice que 1:35. Otro pregunta que si es que vamos a ese ritmo de 4:30, y yo digo que según mis cálculos incluso algún segundo menos, algo que me confirma el ya mencionado C.A. Albacete.

Por primera vez me doy cuenta: Llevo más de la mitad (en realidad estaba por el km 12), y no sólo voy en ritmo objetivo, sino que llevo ritmo no sólo de destrozar mi récord, sino de bajar de 1:35, es decir de conseguir una marca de corredor de élite. Realmente no creo que sea capaz de conseguirlo, pero ahora mi meta está clara: Seguir así todo lo que pueda para aunque al final pinche bajar bastante de esos 1:40 que hasta ahora sin mi techo (o mi suelo, según se mire).

Todavía estoy dudando de si es un error de mi GPS o algo cuando en el breve tramo que hay al final del Paseo de la Cuba en el que vas y vuelves por la misma calle veo, atención, al Zorro, Eco y Mancebo Jr. que van en grupete. No es un sueño, realmente estoy yendo a un ritmo como el de la élite del club (porque sí, por delante van Macu, Hurtado y compañía, pero esos juegan en otra liga).

El subidón seguramente me ha restado varios años de vida, pero ahora voy con el paso más firme que nunca ya que tengo una referencia clara. Están lejos, pero cada vez menos. De todas formas, hay que tener cabeza, nunca había aguantado tanto tiempo a un ritmo así de rápido, por lo que para el km 14 como precaución me tomo el segundo gel.

Ñam ñam...

Aunque la tentación de pegar un sprint y pillarlos es fuerte, algún rincón de mi cabeza sí que debe tener neuronas porque me mantengo a mi ritmo: Estoy yendo bien, no me canso, y me estoy acercando, sólo tengo que seguir así.

Y efectivamente, por la zona de los Bomberos los pillo. Sorpresa por su parte y felicidad por la mía. Ahora sí que sé que me estoy pegando un carrerón, estoy con el grupo de la élite del club, sólo tengo que aguantar con ellos de charleta y listos, récord al canto.

Pero algo falla. Yo, que iba lo bastante más rápido como para pillarlos, estoy teniendo muchos problemas para mantener el ritmo, y de hecho al volver al Paseo de la Cuba (comienzo del km 16) estoy un par de metros por detrás de ellos con serios problemas para aguantar.

Está claro que esta nueva motivación (aguantar con ellos) no me está funcionando, así que hay que volver rápido a lo de antes. Miro arriba y abajo y la suerte está conmigo: A lo lejos veo a Ana Belén Garrigos, que también me marcó el camino en Higueruela, así que me despido de mis compis y tiro a por ella. Sé que es un error y que de hecho lo más probable es que mis compis me superen pronto, pero como digo tengo que cambiar la motivación si quiero seguir soñando.

Y funciona. Aunque el ritmo no es que sea mucho más rápido, me noto a más y no a menos como me había pasado cuando pillé a mis compis. De todas formas, tras varios kilómetros en los que apenas bajaba de 4:30, el 16 lo hago a 4:22.

Al terminar el Paseo de la Cuba y comenzar el km 17 empiezo a pensar que igual sí que lo consigo. Quedan sólo 4 km, ya no me vale con mejorar la marca, tengo que bajar de 1:35.

Por la Feria oigo a mis compañeros detrás de mí. Es lógico, para bien o para mal, mi llegada y posterior marcha ha tenido que ser un revulsivo, y así llegando a Arquitecto Vandelvira el Zorro me adelanta con paso firme. Ni siquiera me planteo seguirlo, el Zorro me da bastantes vueltas y además a mí me vale con seguir así, pues si no reviento y me mantengo conseguiré mi objetivo.

Mis predicciones parecen cumplirse cuando poco después Mancebo Jr. también me pasa, y aunque me invita a ir con él yo ahora ya estoy en modo supervivencia: Nada de tonterías, sigue como hasta entonces y lo conseguirás. Además, en el km 18 me tomo el glucosport en plan último empujón y le doy el último trago a mi fiel botella (que ya llevaba unos cuantos avituallamientos rellenando con agua porque casi no me quedaba nada) para ya no tener que preocuparme de nada más que de correr como el viento.

Como en la vuelta anterior, los dos kilómetros de Arquitecto Vandelvira y conexión con el Parque son los que peor se me dan, y bajo a 4:36. Pero una vez en el Parque está hecho, he completado el km 20, me queda nada, y encima Eco no me ha pasado, así que decido darlo todo. Soy consciente de que el más de un kilómetro que queda se me puede hacer muy cuesta arriba, pero también lo soy de que probablemente no volveré a tener una oportunidad como esta en muuuuuuucho tiempo. Estoy de golpe y porrazo a punto de subir un escalón: Nada de ir bajando minuto a minuto de 1:40 hasta proponerme bajar de 1:35, estoy pasando de golpe de tener como objetivo bajar de 1:40 a hacerlo de 1:35. Aguantaré. Aunque sea lo último que haga.

Y entonces me acuerdo: El reloj GPS. 20 kilómetros 200 metros en 1:30. Es decir, sólo tengo que hacer el último kilómetro a menos de 5. Y por mis huevos que lo voy a hacer. Y en menos.

Todo el mundo está apretando, pero pese a ello voy adelantando lento pero seguro. En la llegada al giro del cortinglés alcanzo a Ana Belén (que sí, seguía delante de mí desde mi comentario del km 15) y le doy un grito de ánimo diciendo que a ver si llegamos juntos como en Higueruela (ignoro si me oyó o no, o si le pareció de ánimo o una impertinencia de un gilipollas que lleva dos carreras adelantándole a traición en el último medio kilómetro (lo que puede ser visto como un hachazo rastrero (nada más lejos de mi intención))). Y un poco más adelante alcanzo al mismísimo Mancebo Jr.

Cómo no iría de concentrado que habiendo visto a Tato y sabiendo que lo iba a conseguir no di más que para esta cutre-pose...

Hacia la fuente comentamos si llegar juntos o esprintando, y ambos estamos de acuerdo en esprintar y que gane el mejor. Las piernas ya pesan un poco, pero ahora hay que terminar como sea, aunque nos llevamos una desagradable sorpresa al ver que la meta no está donde siempre sino en la punta del parque, lo que en esas circunstancias parece lejos que te cagas.

Pero no pasa nada, es cuesta abajo y yo personalmente estoy lanzado, así que lanzo mi ataque. No es que fuera lento antes, pero es cuando ya me pongo al 100%. Sin embargo, Mancebo también me supera como corredor, y se sitúa a un par de pasos por delante de mí. Podría pillarlo, en Villarrobledo cuando el hachazo del Presi fui a más del 100%, y sé que ahora puedo volver a hacerlo, pero decido dejarlo. Es raro, en esta carrera ha habido muchos momentos en los que mi cerebro ha demostrado haber madurado como cerebro de corredor. He aquí lo que pensé en esas fracciones de segundo:

- Sí, puedo pillarlo, pero si lo hago seguro que a él también le queda otra marcha y me vuelve a echar delante.

- Estás haciendo la puta carrera de tu vida, aunque te veas bien debes ir al límite, pedirle más al cuerpo ahora puede ser forzar demasiado la situación. Recuerda el susto que te llevaste cuando te dio por esprintar en la maratón (una larga historia, pero abreviando cuando vi el km 42 me dio un subidón y apreté mucho el paso, dándome un tirón en el muslo que casi me obliga a parar. Afortunadamente bajé el ritmo y se me pasó, pudiendo terminar con gloria y honor).

- Seamos realistas, has sido uno de los primeros keniatas en salir, así que aunque lleguéis juntos seguramente Mancebo ha corrido la media en bastantes segundos menos que tú (de hecho en unos 20 segundos menos).

- Recuerda que el objetivo es bajar de 1:35, y está cumplido.

Sé que parece coña, pero de verdad que me dio tiempo a pensar en todo eso en el breve lapso en que Mancebo me echó delante y yo decidí llegar detrás de él con la pose de la victoria (en Albacete mucho más que nunca).

Cruzo la meta sintiéndome Dios. Pero como Dios Dios. De hecho, voy al piscolabis como en una nube. Casi ni me doy cuenta de lo que como o bebo, y sé que cuando hablo con la gente no digo mi marca, no quiero que parezca que soy un fantasma, y más porque en el fondo sé que aunque para mí es una marca del copón para un buen número de corredores 1:35 es una marca discretita, del montón. Pero eso no quita que por dentro me sienta flotando. Como Dios.

Saludos a la gente y a casita que hay que ducharse, que hay comida oficial del club. Sin embargo, no sería justo no mencionar que si bien realmente me he pegado un carrerón, eso no ha sido gratis: Cuando se me pasa el subidón y me enfrío me entran unos retortijones de tripa de mucho cuidado, de esos que te hacen visitar al señor roca cada pocos minutos. Algo que no me pasaba desde la maratón, así que parece que aunque durante la carrera me he visto bien en realidad sí que he hecho un esfuerzo tocho tocho, y mi cuerpo lo está pagando.

Pese a ello me recompongo como puedo y me las arreglo para ir a la comida. Todo un acierto, porque pronto el vino me hace olvidar mis males y queda una sesión de fiesta y colegueo muy maja en la que incluso nos visita el mismísimo Seve (que ha hecho la media en 1:08, el muy cabrón). Pero esa es otra historia y será contada en otro momento.

Antes de terminar, recordar al personal que en esta Media hay mogollón de peña haciendo fotos, así que además de nuestro querido Rincón de Gabi hay por ahí montones de sitios con imágenes del evento. Así de pronto me suena el blog del Sombrilla (kms x hacer), que incluye fotos de la maravillosa Mariví. Y también los vídeos de llegada a meta, por ejemplo en corriendovoy.com o en masqalba.es

He corrido una media maratón en menos de 1:35. Estoy en la puta élite.


viernes, 7 de junio de 2013

Higuruela 2013 (O "Los Mancebos a por el podio")


Habiendo corrido el sábado a muerte en Abengibre, no parecía muy buena idea correr el jueves otra vez a tope, pero era la primera carrera en Higueruela, dado el puente se esperaba muy poquita gente (apenas se superaban los 400 inscritos), y tampoco había obligación de correr al 100%, así que allá que nos vamos.

Cargando las pilas

Higueruela es la aldea de los Mancebos, así que ellos estaban con la moral a tope dado que su idea era subir al podio local. Yo había hablado con Mancebo padre y la idea era esta vez sí correr juntos, al menos hasta que él me dejara atrás ya que él corría muy motivado y yo en principio no quería ir a tope.

Cogemos el dorsal, calentamos, y vuelvo a las andadas: Me tiro mucho entrenando ahora que estoy viendo que es mejor correr un par de kilómetros antes de la carrera, y a la que me dan ganas de mear a última hora ya llego con la hora pegada, como me ocurre esta vez. Llego corriendo cuando el Villa está a punto de decir lo de “la carrera está en sus manos” y me llaman de las primeras líneas: Allí están los Mancebos, así que me pongo con ellos, de manera que es la primera vez en la vida que salgo tan cerca de la salida (desde la tercera línea).

Allá que salimos, yo confiando en Mancebo padre porque se supone que se conoce el recorrido, ya que poco antes de empezar corren rumores de que la carrera no va a ser de 10 km, sino de 11 y pico con algunas subidas.

Salimos ligeros, haciendo el primer km en 4:15, y aunque el segundo ya tiene subida lo hacemos en 4:47 (a la postre el más lento), para volver a 4:24 el tercero. Pese a ello, el Zorro, Javi Taxista y sobre todo Mancebo Jr. nos pasan como exhalaciones.

Tanto Mancebo como yo habíamos corrido ese sábado, y empezábamos a notar el cansancio, pero nos manteníamos (hacemos los km 4 y 5 a poco más de 4:30). Mancebo iba en general más fuerte que yo, pero yo subía mejor, de manera que nos pasamos un tiempo alejándome en las subidas y luego él pillándome en las bajadas y llaneos. Además aún vemos en la distancia al Zorro y a Javi, por lo que nos vamos animando. La parte mala es que aunque hasta el momento Mancebo ha sido el tercer local, nos adelanta otro local y pasa a ser el cuarto. Lo bueno es que a nuestro X-Man particular no hay quien le eche el guante, está claro que va a subir al podio.

Llegando al km 6 empieza una bajada tocha, y aunque yo hago es km a 4:05 Mancebo me saca bastante distancia, de manera que creo que hasta ahí he llegado, que es su turno de tirar millas en su lucha personal y yo tomármelo con más calma, pero en el km7 hay una subida también muy tocha y no sólo pillo a Mancebo sino que le echo delante.

Doy por hecho que en breve me va a volver a pillar como hemos estado haciendo todo el rato, pero no me coge y cada vez que miro para atrás está un poco más lejos. Parece que la carrera del sábado y las subidas le están pasando factura, así que aunque intento hacer un poco de remolque poco a poco se va quedando, por lo que me toca seguir solo. Eso sí, llegados a este punto, decido seguir a tope y tratar de terminar lo más rápido posible.

Tras esa dura subida la cosa se pone bastante llana, y consigo mantener ritmos por debajo de 4:20. Pronto el pueblo está a la vista y eso sube la moral. Además cada vez estoy más cerca del Zorro, lo que me anima bastante (luego me enteré de que es que él había bajado el ritmo para acompañar a una damisela, el muy golfo).

Llegamos al km 11 y ahí vuelve mi maldición: Corro fatal cuando no sé la distancia exacta, y en ese km 11 me agobio mucho, ya que no sé si tengo que ir ya a muerte, si aún tengo que reservar porque queda mucho y además duro... Hacia el 11,200 no sólo no veo final sino que se me viene encima una cuesta hermosa, así que aunque no aflojo el paso no lo subo, que es lo que me gustaría si realmente queda menos de un kilómetro.

Pero tras la subida entramos en el pueblo, y ahí ya reconozco la calle del entrenamiento previo, por lo que ahí sí que meto todo lo que me queda. El problema es que el resto de los corredores también, sobre todo Ana Belén Garrigos, con la que he ido todo el tramo final de carrera y que está apretando justo detrás de mí.

Así llegamos a la recta final con algo de ventaja por mi parte, que conservo gracias al sprint (al que me obligan si quiero mantener la posición). Al final mi GPS marca 11,600 (aunque algunos compañeros me dicen que sus GPS marcan más distancia, casi 12 km), que he realizado a una media de 4:28. Sin embargo eso no es lo mejor, sino que he llegado en el puesto 95, es decir mi mejor posición de toda la historia. Vale, estoy entre los 100 primeros porque apenas había más de 400, pero eso no hace que me haga menos ilusión.

La pose es la típica, pero cuando llego esprintando no puedo evitar la sensación de victoria y tengo que levantar el brazo.

Poco a poco van llegando el resto de Keniatas, y mientras van saliendo las clasificaciones y comprobamos que, aunque Mancebo al final ha sido el cuarto local, su hijo ha sido el primero y ganado la clasificación local con autoridad.

El piscolabis final está bastante bien, aunque la anécdota viene cuando descubrimos que en la camiseta del obsequio (que es tal cual, la camiseta, un plano del pueblo, y ya) viene el escudo del club organizador, que resulta ser... el club del pueblo del Real Madrid, y claro, su escudo es francamente parecido al de dicho club de fútbol, lo que hace que el Zorro y el Rayo a las dos cervezas estén a punto de quemar su camiseta.

Dado que esta vez vamos a tener doble podio ya que a la habitual Isa se va a sumar Mancebo Jr., nos esperamos pacientemente. Aplausos y a casita.

Como curiosidad final, está muy bien que Championchip ofrezca además de las fotos los vídeos de la llegada a meta, pero si tienen poco personal que lo miren un poco más, porque el vídeo era un móvil sobre un trípode grabando a varios metros de la meta, y no sé los vuestros, pero mi minuto de llegada a meta es un primer plano de dos corredores quitándose el pulsómetro y tapando absolutamente toda la pantalla y por supuesto la meta, al punto de que no se ve la llegada de ningún corredor. 

Si hubiera escrito esto en su día diría que ahora a por Tobarra, pero dadas las fechas, nos vemos en Albacete, donde casi con toda seguridad se verá la mayor concentración de Keniatas por kilómetro de toda la temporada.


miércoles, 5 de junio de 2013

La Media de Albacete haciendo amigos

Sí, sí, lo sé, tendría que estar haciendo la crónica de Higueruela (la de Tobarra no puedo porque no fui), pero es que estoy liado.

Pero sí que quería sacar dos minutos para hacer llegar al blog el sentimiento general keniata y en realidad de cualquier corredor con el que me he topado: La bolsa de la Media Maratón de Albacete 2013 es una mierda.

Mierda, con mayúscula. Una camiseta. Y ya. Vale, la camiseta no está mal, pero joder, que van a correr 4000 personas, muchas de las cuales vienen por el campeonato y no conocen Albacete, sería el momento ideal de dar buena imagen, de aportar una bolsa en condiciones, máxime teniendo en cuenta el pedazo de precio que tiene este año la Media. Pero no, una camiseta y punto. Pese a que la web pone que será camiseta, bolsa y el típico trofeo navaja de todos los años.

No sé si es por afán de dinero, por cutrez organizativa, por dejadez... pero el caso es que cualquier carrera de pueblo con 500 participantes es más barata y con mejores obsequios.

Lo dicho, sentimiento de decepción generalizado entre las filas de los deportistas locales.

Modificación posterior: Parece ser que fue un error en las primeras bolsas, y que luego sí que había navaja. Yo fui a decir que en mi bolsa no había navaja y me dieron una sin problemas, pero no cambia el sentimiento general, sigue pareciendo un obsequio un poco pobre para una prueba tan importante, máxime estando como está considerada la mejor media maratón de España.