viernes, 26 de abril de 2013

Valdeganga 2013 (o "esta vez sí")

Estoy un poco mosqueado conmigo mismo, llevo varias carreras corriendo mal y pasándolo peor, y es hora de acabar. Y Valdeganga tiene que ser el sitio.

Esta vez paso de todo, no me preocupa no tener compañero, voy a correr solo yo conmigo mismo, y a ver si así consigo correr con cabeza.

Pero los viejos vicios cuesta dejarlos, y durante el viaje ya empiezo a darle vueltas al tarro pensando que son menos de 9 kilómetros, que casi todo es cuesta abajo, que tampoco pasa nada si aprieto un poco... En fin, que al final con gran trabajo mental llego a un pacto conmigo mismo: Correré bastante rápido, pero sin ir a tope. Al fin y al cabo, me duele la corva derecha, y la cuesta final es suficiente para romperte cualquier ritmo de récord, así que...

Me preparo bien (cinta amarilla de Casas-Ibáñez incluida), me pongo los guantes para el homenaje a nuestro buen Doctor (este hombre del bigote que siempre está en las carreras, que está chungo), y sabiendo como sé que es una de las peores salidas del circuito, saliendo en una placeta medio ancha para a los pocos metros meternos en una calle donde parece que no caben ni dos coches, me pongo relativamente delante (sobre la fila 9 ó 10, que tampoco soy de los que gusta de ser un estorbo o tapón en los principios).

Guantes azules al aire, disparo, y a por ellos. Pese a haberme colocado relativamente bien, pronto me veo parado y andando, y como además estoy por la zona central estoy totalmente bloqueado, por lo que con dificultad me voy desplazando a los lados para poder avanzar un poco.

Ahí que vamos...

Unas cuantas callejuelas estrechas más allá salimos del pueblo, y empieza la carrera en sí. Voy viendo cómo la gente se va colocando, los rápidos delante, los lentos detrás... y enseguida abandonamos el asfalto y comienzan los kilómetros de llaneo y bajada.

De momento estoy consiguiendo mantener mi propio pacto: Estoy corriendo a 4:30, 4:20 cuando la bajada es apreciable. Es decir, bastante rápido pero sin ir al límite (cosa que sé gracias al pulsómetro, pues estoy en 160 pulsaciones).

Me topo con Isa y corremos un rato juntos, ya que los metros que le saco en los llaneos ella me los recupera en las bajadas, de manera que vamos pasándonos como si dos coches picados en una autovía fuéramos.

Cuando acaba la zona de bajada lógicamente bajo el ritmo, pero es llano y me mantengo a 4:40. Bien, me resulta cómodo, sé que sigo cumpliendo mi premisa de ir rápido pero sin forzar, mis pulsaciones siguen en límites aceptables y, lo más importante, la carrera se me está pasando muy rápida, lo cual quiere decir que aparte de ser corta estoy con buenas sensaciones.

Llegamos al río (no lo he dicho porque no soy mucho de fijarme, pero la carrera es bastante bonica), y tras él el temido final de esta carrera: La cuestarraca en la que en un kilómetro tienes que subir todo lo que has bajado.

No sé si porque comparado con la de Casas-Ibáñez no es para tanto, si porque había ido sin forzar y me quedaban fuerzas, si porque esta semana había entrenado un poco mejor que las últimas veces incluyendo subidas a puentes... pero el caso es que la cuesta, valga la redundancia, no me cuesta, la subo no sólo corriendo sino que a un trote aceptable (el kilómetro de la subida me sale a 5:30, nada que ver con los 7 de la cuesta de Casas-Ibáñez), de manera que esta cuesta, que yo recordaba muy dura, que siempre me había parecido un suplicio y una zona en la que la gente me adelantaba, se me pasa rápido y siendo yo quien adelanta.

Eso sí, concentrado como iba se me pasa Tato, así que esta vez no he podido posar, a ver qué tal salgo en las fotos.

Finalmente la cuesta termina, y aunque no recuerdo bien el trazado, sé que queda poco, por lo que me permito apretar el paso. Al aparecer a lo lejos la meta, aprieto todavía más, y acabo esprintando.

La pose que no falte

Termino la carrera en 40:30, a un ritmo global de 4:39, así que muy contento tanto por mi ritmo como, y sobre todo, por las sensaciones: He vuelto a disfrutar corriendo, y he realizado una buena marca sin ir asfixiado ni ser los kilómetros finales un suplicio. De hecho, buena muestra de que he acabado que te cagas es que comparando con la marca del KM5 al final le he sacado bastante a Isa y casi pillo a Pepito, así que genial.

El piscolabis está bastante bien, y además a Macu le toca un estudio de pisada gratis, pero la mala noticia es que Eco se ha torcido el tobillo a una semana de la maratón. Sin embargo durante la semana evolucionaría bien, a ver qué tal llega al domingo. También debió pasar algo con Mancebo porque está el último con el tiempo límite de la carrera, pero no he podido hablar con  él ni sé qué es lo que pasó (Edición posterior: Al parecer se le olvidó ponerse el chip).

Poco más, que como esta semana me he retrasado escribí hace poco y aún me queda la maratón para animar a los compis maratonianos que este domingo dan el callo.




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