lunes, 8 de abril de 2013

La Roda 2013 (o “Cómo pasar de `Carrera hacia el récord' a `Carrera hacia el desastre' en sólo 2 minutos” o “Ejemplo de manual de lo que no se debe hacer en una carrera”)

Llegó La Roda, una de las Medias Maratones más rápidas, y una a la que yo le tenía muchas ganas ya que prácticamente corro en casa. Además vengo de batir una de mis marcas personales, estoy de moral a tope.

Sin embargo, las sensaciones no eran todo lo buenas que debieran: Venía poco entrenado, venía de pegarme un carrerón bestial la semana anterior (que vale, me dio mucha moral, pero también me dejó las piernas al límite), había tenido un pinchazo en la rodilla el día anterior... Aun así, es La Roda, y además iba a haber un montón de gente conocida, sobre todo Keniatas, especialmente el Presi con el que podría hacer la coña de la revancha de Villarrobledo, así que ahí que voy.

Llego para comer, como con tiempo, y me voy a por el dorsal, llegando de los primeros y pudiendo elegir no sólo talla de camiseta sino también color (sí, había tres colores a elegir: Azul claro, azul oscuro y morado). Allí me encuentro a Eco que va a pegarse unos cuantos kilómetros antes de correr la media, que faltan 3 semanas para su maratón y es el momento de la famosa tirada larga de 31 km.

Vuelvo a casa de mis suegros y... me sobra mucho tiempo, así que me echo la siesta con idea de levantarme a las 17 para calentar un rato y tirar hacia la salida. Sin ser consciente de si he llegado a dormirme o no, abro un ojo y miro el reloj: Son las 17:20. Me levanto como alma que lleva el diablo, me cambio y salgo a todo trapo. Son las 17:30 y estoy saliendo de casa. Genial.

De casa de mis suegros hasta la salida hay más o menos un kilómetro (lo he calculado antes cuando he ido a por el dorsal), y voy a toda pastilla, según mi GPS a 4 el kilómetro, y aunque la carrera empieza un pelín más tarde, para cuando encaro la larga avenida me encuentro con que de frente viene todo el mogollón.

Entre risas, chanzas y comentarios, me voy cruzando con todo el pelotón hasta que finalmente llego a una salida en la que hace rato que ha cruzado ha salido el último corredor. He perdido 2 minutos y 6 segundos. Viva yo.

Si fuera listo, daría la carrera por perdida y me limitaría a correr disfrutando, pero como soy gilipollas, me imagino que no sólo puedo remontar sino que así mi gloria será mayor. Claro, y luego es cuando llueven billetes de 500 euros, pero de verdad que en esos momentos piensas tonterías así.

Además con el aturullamiento se me olvida resetear el GPS, así que los datos de la carrera no van a ser tan precisos como siempre, ya que si bien sé que hasta empezar he recorrido más o menos un kilómetro, no sé exactamente la distancia y no puedo hablar con exactitud.

Empiezo “follao” con la adrenalina a tope y el cabreo de haber llegado tarde cuando lo tenía todo a huevo. Lógicamente, empezando a 4:30 no tardo no en recuperar, y para la primera rotonda del final de la avenida, esa en la que se da la vuelta, no sólo he pillado al pelotón sino que voy ganando bastantes posiciones.

Allá que iba yo todo chulo, creyéndome el rey del mundo mientras remontaba posiciones.

Pero la magia no existe, y en el kilómetro 5 empiezo a flaquear. Llevo muchas carreras a tope y para ésta no he entrenado bien, no aguanto el ritmo, así que me toca aflojar. Cojo un ritmo que yo considero “crucero”, 4:50, ritmo que sin resultarme sencillo debería serme cómodo llevar, pero el daño está hecho y me cuesta mantener esa velocidad. Sin embargo, sigo avanzando posiciones y eso me va animando, y creo ver los cielos abiertos cuando empiezo a ver en las curvas al Presi, Isa, Alberto Rey y demás gente que corre más o menos a mi ritmo. No sólo eso, sino que de pronto veo que tengo a tiro a Antonio Carrillo de los Quijotes, así que hago el esfuerzo y me pego a él.

Antonio es colega y va tirando de mí bastante rato, de hecho con él consigo terminar la primera vuelta en, según oigo decir a un compañero que iba con él, 52 minutos. Estamos en tiempo de terminar la media en 1:44. No es que vaya a ser mi mejor marca, pero está bastante bien dadas las circunstancias.

Pero pronto se tuercen las cosas, ellos van a más y yo cada vez tengo menos. Intento curarme tomándome una “antonia” de las buenas, pero como ya he dicho antes la magia no existe, y aunque me animan y tiran de mí poco a poco se me van yendo. Para el kilómetro 14 me quedo solo, y ahí viene mi hecatombe.

Ha habido carreras en las que lo he pasado mal: En la maratón sentía las piernas como piedra, en mi primer triatlón estuve a punto de retirarme asfixiado de calor, en el Ricote Trail un cambio de ruta de última hora añadió varios kilómetros y parecía que la carrera no se acababa nunca... Pero en todas estaba más o menos mentalizado, no recuerdo haber tenido nunca semejante bajón anímico y moral. Estoy solo, no veo a nadie conocido, la carrera ya me queda claro que va a ser un desastre... así que pierdo toda motivación y me hundo. Pero del todo, ya digo que jamás me había pasado nada así.

Bajo el ritmo a 5 pensando que ya le he ganado suficientes segundos al reloj y que me vale con aguantar a ese ritmo para conseguir llegar por debajo de 1:45, pero como ya he dicho estoy roto del todo, y no consigo ni mantener esa velocidad. Cada kilómetro es algo más lento que el anterior: 5:05, 5:11, 5:13, 5:17... Tampoco es que pudiera ir más rápido, noto los gemelos súper cargados, de manera que es una suerte que no pudiera correr más porque seguro que me hubiera dado un yuyu.

En el kilómetro 17 estoy en las últimas, y sólo el orgullo y la idea de hacer las 5 medias maratones impulsan mis pies (porque desde luego ya no es mi voluntad ni mi ánimo). Los últimos kilómetros se me hacen eternos, porque además con semejante bajón de velocidad empieza a pasarme mucha gente, gente a la que unos kilómetros antes yo había adelantado. Otro golpe a mi ya escasa moral, puesto que suelo terminar las carreras adelantando y no siendo adelantado (siempre hay alguien que viene más rápido que tú, pero en general me adelantan menos de los que yo adelanto).

Para el kilómetro 20 estoy yendo a 5:20, y el kilómetro 21 lo hago a 5:26. Para cuando encaro la meta no tengo ganas ni de esprintar, apenas sí recuerdo que hay fotógrafos por ahí y pongo mi cara de “aquí estoy yo”, pero estoy tan destrozado que seguramente he salido con cara de “por favor pegadme un tiro para que deje de sufrir”.

Cruzo la meta cuando el crono marca exactamente 1:48:00. En realidad es una marca bastante buena, una marca que cuando empecé a correr hubiera firmado sin problemas, y más teniendo en cuenta que si quitamos el tiempo de retraso el crono real está por debajo de 1:46, pero dadas todas mis expectativas el resultado me deprime bastante, especialmente porque hasta el Rayo ha corrido más rápido que yo, una humillación que jamás lograré superar.

En el piscolabis me rehago un poco. Charlo con la gente, como, bebo... Incluso me animo, porque según el GPS he recorrido 22 kilómetros y 400 metros a una velocidad global de 4:57 (son varios los comentarios que he oído respecto a que esta media en realidad tenía unos cuantos metros de más, a lo que hay que añadir el más o menos un kilómetro que ya llevaba), pero cuando me estaba rehaciendo un poco viene el remate final: Por primera vez desde que estoy en el equipo no he entrado en posición de puntuar. Es un golpe duro, ya que sabía de mis limitaciones de cara a entrar en un gran club (no soy demasiado rápido, no tengo carnet de conducir, no me gustan las camisetas de tirantes que suelen ser la equipación oficial...) y mi única manera de compensar era resultando útil para el mismo, pero si no consigo puntuar no lo soy demasiado. Como digo es lo que termina de hundirme, así que me voy para casa a darme cabezazos contra la pared.

Pero tranquilos, amigos lectores, soy una persona bastante difícil de deprimir, y en el momento de escribir estas líneas no sólo estoy recuperado moralmente sino que no veo la hora de resarcirme y reivindicarme en mi próxima carrera.

A falta de pillar alguna foto de entrada a meta, de momento valga esta de Tato.

De todas formas, aunque para mí la carrera haya resultado un fracaso el resultado general para el Club es bastante bueno: El Murciano sigue siendo un extraterrestre, Hurta ha terminado en tiempo de héroe, Pepito y Curro parecen estar recuperados, Eco se ha pegado los 31 km y encima marcando un tiempo en la media que demuestra que está totalmente preparado para correr la maratón de Madrid en bastante menos de 4 horas, Macu también parece libre de los problemas que arrastraba, el Zorro sigue pegándose palizas de coche para luego correr como el viento, Isa vuelve a subir al podio, Isma ha vuelto... En general creo que la gente ha terminado con sensaciones positivas.

Ah, claro, y no quiero terminar sin expresar mi agradecimiento (y creo que en realidad podría hablar en nombre de mucha más gente) a Tato, Cerni y las mega animadoras, que estaban ahí en cada calle, cruzando y no parando de moverse y de animar. Siempre se agradecen ánimos, parece una tontería pero cuando vas entre aplausos te vienes arriba y aunque no lo parezca aprietas el paso. ¡¡Que siga así!!

By Laz
 

3 comentarios:

  1. Ecelente crónica... y una lección importante: debes utilizar el despertador si quieres una cabezadita antes de una carrera.....
    Los golpes los hemos sufrido muuuchos... sobretodo cuando acumulas km en las piernas, y cuantos más km, más golpes... pero también más alegrías... y por supuesto la satisfacción de rehacerte y tomarte tu revancha personal... en Almansa fusilas y acabas a 1:43 y solucionado!!
    Mi garmin, por si te sirve de algo marcó 21.600. La mia una historia de decepción como la tuya: gracias a mi Garmin y a la "supuestamente" incorrecta medición de la carrera... acabé con 2 minutos más de lo previsto... mi decepción cuando miré el garmin y me decía que debería de haber acabado ya y no estaba por ningún sitio el arco de meta....
    A ver si nos lee alguien de la organización y se pronuncia....
    Ánimo y a por muchas más.

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  2. Gracias por los datos y los ánimos, y sí, a ver si alguien de la organización intenta homogeneizar las distancias. Y que se dejen de tanta camiseta y vuelvan a los calcetines, que las camisetas me aguantan mil años pero los calcetines me los cargo a las pocas carreras!!

    PD: De todas formas, 500 metros en 2 minutos es a 4 el kilómetro, ¡¡menudo tiempazo!!

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  3. jejejeje!
    iba a 1:27 y acabé en 1:29.... el GPS me marcaba todo el rato un ritmo de 4:07-4:06....
    ¡Hasta la próxima!

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