Nota: Por si acaso te echa para atrás el
tocho de texto, se resumen en que es una carrera a la que hay que ir.
Con tantas carreras como hay este año
en el circuito (nada menos que 48), y siendo necesario completar
“sólo” 18, es normal que las carreras que hay durante el verano
no se llenen demasiado, especialmente si pillan lejos de Albacete,
como es el caso de Caudete.
Sin embargo, Caudete es la carrera más
antigua de la provincia, y la organización ha hecho todo lo posible
porque sea una cita “obligada”. Así, la inscripción valía sólo
4 euros, y además daba derecho a pasar a la piscina todo el día
(incluso tu familia) e incluso acceso a una ludoteca para los más
pequeños. Además, corría el rumor de que se iban a currar la bolsa
regalo (que al final realmente estuvo muy bien: Camiseta buena de
tirantes, botella de vino y botellita de aceite).
Por tanto, el sábado después de comer
allí que me fui con la familia. Quizá demasiado pronto, porque
aunque llegué ya a las 17, allí lo único que había era un nutrido
grupo de lo que sin duda es lo más selecto del pueblo (incluso tuvo
que ir la policía a echar a uno). Pero pronto me encuentro a Gabi y
al equipo de incidencias, así que un poco más tranquilo me dedico a
disfrutar en la piscina con mi nena.
Incluso me permito nadar, que el hecho
de no ir a hacer este año el triatlón no significa que tenga que
abandonarme por completo. Así que aprovechando que la piscina es de
50 metros decido hacer 10 largos. Sin embargo, pronto acuso el llevar
más de un mes sin nadar, y pienso que como tampoco tengo que ganar
ningún premio con 8 largos y por tanto 400 metros ya vale, que no es
cuestión de agotarme y llegar a la carrera hecho polvo.
Poco a poco sí que van llegando
diversos corredores, y más o menos a las 19:30 van llegando mis
compis keniatas, así que me cambio y demás. Como de costumbre,
huevoneo mucho, por lo que pese a haber tenido todo el tiempo del
mundo apenas me da tiempo a correr un kilómetro antes de tener que
irme a la carrera porque quedan dos minutos.
No pasa nada, tampoco tengo demasiado
interés, así que he decidido tomarme esta carrera con calma,
empezar tranquilito y luego si me lo piden las piernas ir tirando.
Pistoletazo de salida y los más o
menos 500 corredores salimos en tromba. Como siempre al principio
aprieto un poco para ganar puestos y posicionarme más o menos en lo
que considero que será el “pelotón” de “correr más o menos a
4:30”, pues esa es la marca que me gustaría hacer, y al hacerlo
resulta que voy al lado de Pepito, así que me sitúo junto a él y
nos ponemos a cascar y a hacer más llevadera la cosa.
El primer kilómetros nos sale a 4:14,
y el segundo a 4:30 pese a estar ahí la famosa cuestecilla de la
carrera, que aunque no es muy pronunciada es muy larga (aunque lo de
famosa es porque durante la carrera se sube tres veces). Nos vale un
breve intercambio para ver que vamos bastante rápidos para lo que es
la carrera, y damos por hecho que iremos bajando.
Así es, el km 3 ya nos sale a 4:53,
pero también es verdad que tiene unas cuestas cortitas pero muy
tochas que te rompen el ritmo. Aunque parece que vamos a seguir
juntos toda la carrera, en el avituallamiento que hay al final de ese
km Pepito se frena un poco para beber, pero dado que ahí empieza una
bajada bastante larga yo decido esperar para ganar velocidad en la
bajada y beber luego cuando haya alguna otra cuesta que me obligue a
parar, así que entre que Pepito se frena y yo acelero, me separo de
él unos cuantos metros pensando que ya me pillará, que al fin y al
cabo Pepito es más rápido que yo.
A esta carrera hemos venido sólo 4
keniatas, y dado que sé que Curro e Isa están detrás, y acabo de
adelantar a Pepito, soy lógicamente el primer keniata, así que
cualquier opción de tomarme la carrera con calma se va al carajo al
sentir la presión de la posición y querer hacer un buen papel como
primer representante del equipo (hasta que me pasara Pepito).
Pero los kilómetros van pasando, y al
llegar al primer paso por meta tras el km 4 (que me sale a 4:10, el
más rápido de la carrera) miro para atrás y veo a Pepito bastante
retrasado con respecto a mí. Tras el quinto km, a 4:25, a Pepito
casi ni lo veo, y tras la segunda subida a la cuestecilla del km 6 a
4:43 ya no lo veo, por lo que me planteo que quizá sí que acabe
como primer keniata, ahora ya no tengo más opción que ir a muerte
(porque francamente, me motiva lo de terminar delante de uno de los
corredores de élite del club).
Pasado el km 7, el de las cuestas
cortas y empinadas, que hago a 4:56 (el más lento de la carrera) sé
que lo que queda es llano o cuesta abajo, así que decido darlo todo
y aplicarme a correr lo más rápido que pueda. No voy al 100% pero
al 99% sí.
Pero no soy el único que decide ir a tope, pues pese a que bajo bastante la velocidad (4:47 el km 8 y 4:29 el 9)
apenas gano algún puesto, y el grupo que vamos ya un buen rato juntos (muy en línea y
separados unos de otros) se mantiene casi invariable.
Sin embargo, en el km 10 la última
subida a la cuestecilla sí se cobra su precio, y aunque yo también
me resiento más o menos me mantengo a 4:33 y ahora sí voy ganando
espacio con respecto a los corredores que tengo delante (claro que
también me pasan un par que vienen folladísimos desde atrás).
Llegamos a la pista de atletismo (de tierra) donde
está la meta y como sé que no tengo un final demasiado explosivo
empiezo el sprint muy pronto, antes incluso de la penúltima curva.
Voy a toda leche y eso me permite ganar una última posición con respecto a un AUGC que
he tenido delante todo el tramo final, pero en la última curva veo
que allí está mi familia con mi hija deseando entrar conmigo,
así que me acerco a las gradas a cogerla.
Como soy como soy, no puedo evitar
sentir un pinchazo cuando veo que el AUGC que tanto esfuerzo me ha
costado adelantar me pasa veloz, y trato de reincorporarme rápido a
la recta final pues detrás vienen otros dos. La meta no es muy ancha
y tiene pivotes, y aunque uno de los corredores que viene se da
cuenta y se frena un poco para darme paso, un niñato que viene con
él no sólo no lo hace sino que me cierra y además mirándome
sonriente en plan “no te voy a dejar pasar”, menos mal que voy
bastante estable porque podría incluso haberme tirado. De acuerdo,
yo soy el primero que cuando alguien delante de mí se para para
coger a su hijo y entrar con él a meta sigue corriendo sin detenerse a
dejarle entrar delante, pero tampoco le empujo, cierro ni hago
ninguna guarrada, y de hecho si es alguien que ya está llegando a
meta con su hijo y yo estoy esprintando me freno un poco porque
considero que se merece entrar delante, así que enhorabuena, Freddy,
has ganado una posición, y a cambio nos has permitido recordar que
en esto de las carreras no todo es buen rollo y buena gente.
Una fracción de segundo más tarde y se habría apreciado bien la jugada.
Afortunadamente, aunque en el momento
me enciendo bastante y tengo intención de decirle dos palabritas al chaval, los fotógrafos oficiales quieren
retratar a esa joyita que llevo en brazos, y mientras posamos el momento "calentón" pasa y se me enfría un poco la sangre.
Además, he terminado en menos de 49 minutos. Oficialmente he conseguido los 4:30, aunque según mi GPS ha sido un pelín más. Sea como sea es un gran resultado, y más porque la carrera no se ha hecho demasiado pesada pese a estar a 30ºC.
Además, he terminado en menos de 49 minutos. Oficialmente he conseguido los 4:30, aunque según mi GPS ha sido un pelín más. Sea como sea es un gran resultado, y más porque la carrera no se ha hecho demasiado pesada pese a estar a 30ºC.
Pronto llega Pepito y nos vamos al
piscolabis, donde pronto se nos une Curro. Sin embargo, Isa no
aparece, así que empezamos porque oímos que la cerveza está
empezando a escasear. Mencionar que el piscolabis es probablemente el
mejor de los vistos hasta ahora, con lo que me reafirmo en lo ya
dicho de que a esta carrera, aunque pilla lejos, merece la pena
venir.
Tras un breve refrigerio me vuelvo a la
piscina donde se supone que me están esperando, pero mi nena está
hecha polvo del trajín de todo el día y tras una ducha rápida nos
vamos para casa.
A la siguiente no creo que vaya, porque
tengo problemas en una rodilla y además durante la parte final de la
carrera me he notado el cuadrícep izquierdo al límite, y como a las
de la Manchuela sí que me gustaría ir a tope, prefiero ser
conservador y descansar.
Termino comentando que me he apuntado a
la Maratón de Murcia, y como somos varios los keniatas inscritos,
posiblemente vaya comentando por aquí como evoluciona el
entrenamiento maratonil.
Lo que hace grande ese dia de carreras es haber podido cruzar la meta con tu niña en brazos. Creo que yo y alguno más creemos que ya te has metido en el grupo elite chaval, asi que ha defender los galones toca jejejeje.Gran resumen Laz
ResponderEliminar