Llegó el momento, primera media maratón del circuito. Y me había
pillado un poco en bolas: sin entrenar, sin haber hecho ninguna tirada larga… Aun
así, me gustaría hacerla en 1:45, un ritmo que considero factible. El problema
es que encima de no ir demasiado en forma las previsiones no era buenas:
Villarrobledo es una carrera fea, todo por un pueblo que, seamos sinceros, no
es una joya arquitectónica; el pueblo pasa mucho de la prueba y no hay casi
nadie por las calles o animando (excepción hecha del Centro de Educación
Especial, que año tras año está ahí dándolo todo); y para colmo ese día se
celebraba también la maratón de Barcelona, la media de Murcia, pruebas por
Madrid y otros tantos eventos más que hacían que hubiera más bien poca gente
apuntada, con lo que había muchas probabilidades de correr en solitario.
Pero no pasa nada, mi compañero de fatigas, Alberto Rey (de DosQuince),
estaba apuntado, así que nos pegaríamos otra mítica media maratón en amor y
compañía. Hasta que Villaescusa dice lo de “la carrera está en sus manos” sin
yo haberlo visto. Cambio rápido de planes.
De nuevo no pasa nada, estoy en un gran club, así que puedo hacer peña
y correr con mis compañeros. Pero claro, soy nuevo y no me conozco bien los
tiempos de la gente, por lo que no sé quién tiene más o menos mi nivel para ir
juntos. Nuevo cambio de planes.
Planeando planeando, a punto ya de alamparme al primero que pillara, la
carrera elige por mí: Nada más salir veo al pelotón de mi club, y allá que voy,
aunque rápidamente las liebres salen pitando para poder llevar a cabo sus
piques y demás (allá van Macu, Zorro, X-Man y compañía, sus insultos mutuos
resonando entre las calles), y también muy pronto los pachangueros se quedan
descolgados para correr tranquilamente a su bola (allá quedan los lesionados
Pepito y Curro). Yo me quedo en el grupo del medio, sólo que el grupo del medio
sólo somos el PresiLargo y yo. No pasa nada, por lo que me ha dado tiempo a ver
el Presi corre más que yo pero está entrenando, así que debe ir de tranqui
y esa relajación me permitirá ir a su
ritmo.
El Presi me comenta que su idea es correr en 1:40, cosa que me asusta
un poco, pero no pasa nada, voy con él para hacer más amena la carrera y en
cuanto me desfonde me descuelgo y sea lo que los dioses quieran.
Al poco de comenzar adelantamos a Isa, y eso me preocupa, porque yo no
corro mucho más que Isa y adelantarle tan pronto significa que llevo un ritmo
mucho mayor de lo que en principio me puedo permitir. Pero no pasa nada, ya me
dirán las piernas que me pare cuando lleguen a su límite.
De hecho, desde el principio voy notando molestias en los tendones de
las corvas. Pero no pasa nada, ya se irán cuando entre en calor. Sin embargo
los kilómetros pasan y el dolor no se calma. Ese dolor concreto no me había
pasado en mucho tiempo, y me pongo a analizar por qué ahora. Pienso, pienso,
pienso, y contra todo pronóstico se ilumina la bombilla: Esta carrera estoy
probando las cosas esas negras que dieron como regalo por completar el pasado
circuito que nadie sabe seguro si son para los brazos o para las piernas.
Voilà! Me paro un segundo, me las bajo, y a los 50 metros el dolor ha
desaparecido. Cosa negra rara para brazos/piernas (al gusto) en venta. Baratas.
Entre pitos, flautas y abuelas que te miran con odio porque por tu
culpa no pueden cruzar para ir a misa, la carrera avanza, a distinto ritmo
según los GPSs del Presi y mío, pero avanza, y tras unos kilómetros se nos
acerca otro corredor a preguntarnos por el ritmo. Nos ponemos a hablar y se
queda con nosotros, así que con la unión de Rubén de Campillo se forma el trío
calavera que hizo casi toda la carrera en modo piña.
Henos aquí, en amor y compañía, el Trío Calavera en plena forma
Aunque ya no tengo molestias, el ritmo comienza a pasar factura, y
empiezo a dejar caer que no voy a aguantar mucho más y que cuando llegue el
momento sigan sin mí. Para mi sorpresa, ninguno de mis dos compañeros acepta, y
están dispuestos a bajar el ritmo con tal de que sigamos juntos. Ante eso, no
puedo sino apretar los dientes y hacer todo lo posible por seguir con ellos sin
joderles el ritmo.
Pero llega el punto de inflexión, la parte de la carrera que todo
conocedor de la misma odia: Los kilómetros finales, a discurrir entre terrenos
desangelados y cuestas poco pronunciadas pero largas. Es mi verdadera prueba de
fuego, y admito que lo paso mal, pero mis compañeros siguen insistiendo: No me
van a dejar, si es necesario aflojan, que al fin y al cabo tampoco llevamos mal
ritmo. Nuevamente, no puedo sino seguir.
La cuestecica se hace eterna, pero finalmente llegamos al arco de
salida y completamos la primera vuelta. 50 minutos, parece increíble pero vamos
cumpliendo el tiempo objetivo del PresiLargo.
La segunda vuelta es más de lo mismo, pero con más cansancio. La
conversación ya no es tan fluida como antes, y en las partes de la carrera en
las que hay tramos paralelos ya casi no ves a nadie porque el pelotón se ha
estirado mucho.
Yo no me canso de decir que no voy a aguantar y que se vayan, que no
quiero retrasarlos, pero ellos siguen sin hacer caso. Además, se nos acerca
Kike. Ahora somos cuatro.
Pero los kilómetros no pasan en balde, y el PresiLargo también empieza
a acusar el esfuerzo. Nuestros compañeros están más fuertes y se nota, así que
como ya nadie se queda solo ellos se van y nos quedamos el Presi y yo para
encarar los tramos finales.
Pero no pasa nada, son los tramos finales, y yo de pronto tengo mi
resurgimiento. Como tantas otras veces, cuando veo claro que sí lo voy a
conseguir me da un subidón. No sólo vamos a conseguirlo, lo vamos a hacer en el
tiempo fijado. Con dos cojones.
El que ya no lo tiene tan claro es el Presi, y ahora es él quien me
dice que tire porque no quiere retrasarme. Tiene que estar de coña, lleva
tirando de mí toda la carrera y realmente se piensa que lo voy a dejar tirado
en los últimos kilómetros para ganar algunos segundos. Hemos empezado juntos y
terminaremos juntos, con foto moña
entrando en la meta de la mano.
Pese al cansancio, seguimos con el detector de fotógrafos activado, y
casi ninguna foto nos pilla por sorpresa, con lo que en prácticamente todas las
fotos salimos haciendo el chorra o al menos con la cara “estoy de puta madre,
pero date prisa que tengo que volver a desencajar la cara y sacar la lengua
para poder respirar”. Por algún motivo que desconozco, los muy cabronazos se
han puesto casi todos al final, cuando ya vas fundío y en la foto vas a salir
dando pena.
Y así las cosas, encaramos la segunda vuelta del tramo criminal. Ya no
hay conversación, ya no hay risas, ahora es sólo dar otro paso más y pensar que
cada metro ganado es un metro menos que te queda.
No hay mal ni bien que cien años dure, y finalmente encaramos el arco
de meta. Últimos ánimos, planes para entrar juntos, y a por ello. En la meta
nos espera José, con su cámara lista para retratar Keniatas, así que allá que
pongo mi pose de entrada triunfal en meta directo a cámara. Cuando creo que ya
me ha hecho bastantes fotos, estiro la mano para dársela al Presi y descubro
que PresiJudas está esprintando a to lo que le dan las patas y ya me lleva
cinco metros.
Teniendo en mente algo que no puedo reproducir o nos cierran el blog,
aprieto los dientes y tiro dispuesto a vengar esta traición. Las fuerzas no me
sobran, pero le voy ganando terreno y eso me da una marcha extra.
Final emocionante y agridulce: La cara, entramos juntos y además en
1:40 hora oficial, así que en tiempo real hemos bajado esa marca. La cruz, la
última zancada es del PresiLargo y oficialmente entra antes que yo, además como
José todavía no me conoce y no llevo camiseta oficial del club las fotos han
sido primeros planos del Presi (supongo que soy la viva imagen de la expresión “No
lo conoce ni el Tato”).
Si hubiese llevado el chip en la pierna derecha... ¿quién sabe?
Pero no pasa nada, seguro que en alguna foto salgo, y además el
PresiJudas pronto se explica: Al encarar la recta de meta y ver el reloj vio
que marcaba 1:39:52, con lo que tiró millas a ver si conseguía bajar de 1:40.
Hemos hecho un carrerón, y toca celebrarlo. Pronto encontramos la mesa
donde la élite del club está de piscolabis, y allí vamos recogiendo a los
restantes Keniatas, desde Pepito que pese a venir de una lesión ha hecho una
marca impresionante hasta Curro que también medio lesionado ha ido a su
chano chano (dicen las malas lenguas que
para ver si se encontraba de nuevo con la chica de Bienservida).
El resto es rutina: Isa recoge su premio, los demás atacan la cerveza,
cada uno a su casa y el Gran Dios Keniata a la de todos, que he escrito
aproximadamente el triple de lo que en cualquier publicación on line consideran
“razonable” para textos en internet.
By Laz
Corredores Pertenecientes al CLUB: LOS KENIATAS del 1 al 12 de un Total de 12
|
Dorsal |
Pos.
|
Nombre
|
Tiempo Oficial
|
Tiempo Real
|
Promedio
|
Categ.
|
Pos. Categ.
|
Control
|
||
1186 |
131
|
MEGIAS ROMERO, JOSE MANUEL
|
1.32.42
|
1:32:34
|
4,24
|
SENIOR MASCULIN
|
25
|
0.46.37
|
||
1110 |
143
|
GARCIA GONZALEZ, FRANCISCO JAVIER
|
1.33.20
|
1:33:12
|
4,25
|
VETERANO C
|
20
|
0.46.37
|
||
1065 |
151
|
GARIJO LOZANO, JUAN
|
1.33.52
|
1:33:44
|
4,27
|
VETERANO C
|
23
|
0.46.24
|
||
1682 |
182
|
MANCEBO LUJAN, ANTONIO
|
1.35.42
|
1:35:42
|
4,32
|
SENIOR MASCULIN
|
34
|
0.46.24
|
||
1450 |
237
|
MOLINA PUERTAS, ANTONIO
|
1.40.00
|
1:39:51
|
4,44
|
VETERANO A
|
61
|
0.49.33
|
||
1400 |
238
|
MUÑOZ MUÑOZ, LAZARO LUIS
|
1.40.00
|
1:39:49
|
4,44
|
VETERANO A
|
62
|
0.49.32
|
||
1300 |
294
|
SIMARRO HERRAEZ, JOSE
|
1.43.02
|
1:42:53
|
4,53
|
VETERANO B
|
63
|
0.50.34
|
||
1204 |
330
|
MOLINA JIMENEZ, MARIA ISABEL
|
1.46.16
|
1:46:14
|
5,02
|
VETERANAS B
|
3
|
0.52.14
|
||
1262 |
355
|
MARTINEZ CALONGE, JUAN RAMON
|
1.47.53
|
1:47:45
|
5,07
|
VETERANO C
|
58
|
0.51.55
|
||
1238 |
378
|
ALONSO LOPEZ, ALBERTO
|
1.49.24
|
1:49:15
|
5,11
|
VETERANO A
|
94
|
0.53.47
|
||
1184 |
379
|
GARCIA FERNANDEZ, JUAN
|
1.49.32
|
1:49:24
|
5,12
|
VETERANO A
|
95
|
0.53.47
|
||
1284 |
436
|
NAVARRO GARIJO, ANTONIO JAVIER
|
1.54.35
|
1:54:23
|
5,26
|
VETERANO B
|
91
|
0.56.40
|
Gran carrera, si señor !!!!!!!! La culpa de que saliera de mi el PresiJudas es de Lazaro que tanto me iba hablando del subidon y explosión de adrenalina que me daría al llegar a meta que al ver en el crono 1:39:52 ese subidon me salió por "popa" dandome el impulso necesario para ese sprint final.
ResponderEliminar