Creo que para la gran mayoría del pelotón la carrera de este año en Riopar será muy difícil de olvidar. Algunos la recordarán como un riesgo innecesario pero para muchos, entre los que nos incluimos todos los Keniatas que fuimos a la carrera, será algo irrepetible, una pasada de carrera.
A nosotros como pequeño-gran club que somos nos gusta vivir la cita del fin de semana desde días antes y esta vez la incertidumbre por la climatología fue muy grande. Era raro, pero aun así la peña no paraba de apuntarse a una carrera que podía depararnos un día de órdago.Llegue a comentarle a algunos compañeros de equipo que si después de todo lo acontecido iba a Riopar y no pisaba nieve sería para mi una decepción pero que equivocado que estaba.Ya durante el trayecto veíamos las laderas de los montes repletos de nieve y aprovechábamos para hacer fotos, que pasada y al llegar al pueblo la comidilla del pelotón era "cómo estará arriba". Villaescusa nos intentó preparar para lo que nos venía pero se quedó corto.La mitad de la carrera transcurrió por caminos en donde una pequeña senda de barro se abría hueco entre la nieve y una serpiente muticolor de corredores rompía la monocromía del color blanco del monte nevado.
De una bonita subida se pasó a una
bajada intrépida llena de saltos de riachuelos ocasionados por el deshielo,
tramos de mucho barro y continuos saltos y cambios de trazada para llegar sin
el más que probable revolcón por el barro.La llegada al pueblo, muy bonita, como siempre. Los lugareños animándonos por nuestro gran esfuerzo y nosotros empezando a ser conscientes de que aquello que habíamos hecho había sido algo novedoso y especial para la gran mayoría.
Los tiempos y bajadas de marcas los dejamos para otras ocasiones. Tras pasar por el arco de llegada había que buscar al resto de colegas y amigos del equipo para contarnos las batallitas de esa gran carrera que nos había roto los esquemas.
Y si después de todo esto te aparecen una panda de gente excepcional que se hacen llamar Los Keniatas y somos capaces de montar un sarao con aperitivo (jamón y cervezas mediante) amenizado con el primer puesto de nuestra campeona Isa, pues fin de fiesta inmejorable.
Creo que carreras en Riopar habrá muchas, pero aunque se vuelvan a repetir esas mismas condiciones el efecto sorpresa de este año será muy difícil de superar.
Se despide el PresiLargo.
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