domingo, 14 de enero de 2018

¡¡Comienza la temporada 2018 - Casas de Juan Núñez!!

Tras un tiempo en silencio (lo siento, me resulta imposible sacar tiempo; de todas formas recordad que lo que de verdad tiene movimiento es nuestro facebook), empieza un nuevo año y como siempre entre los propósitos para el año nuevo está el de intentar mantener este blog medianamente activo, así que vamos allá.

Después de, como siempre, correr la San Silvestre de Albacete de manera erótico festiva, y de unos entrenamientos de Año Nuevo que hicieron temblar más de un depósito de polvorones, llegaba el momento de la primera carrera "oficial" del año, la carrera benéfica de Casas de Juan Núñez (las primeras oficiales vendrán la semana que viene, con Riópar, Santa Pola, Munera...).

Henos aquí, dispuestos a todo en la San Silvestre 2017.

La cercanía de las mencionadas pruebas ha llevado a que cada cual haya centrado este fin de semana en un entrenamiento lo más adecuado a sus proyectos personales, por eso tras la cena de clausura del Circuito 2017, donde como siempre se entregaron los Óscar Keniatas (y se bebió mucho vino y cerveza), el domingo vio keniatas hacer una tirada de 16-17 km por la Pulgosa, ir a Chinchilla a empezar a entrenar cuestas y bajadas traileras, y en mi caso ir a una benéfica cortita para correr a tope ya que mi cita de la próxima semana es una prueba de orientación urbana donde tendré que ir al máximo si quiero estar en la pomada.

Anda que los premios keniatas de este año no molaban...

En fin, al grano, la prueba empezaba a las 12:00, pero resulta que lo que empezaba una serie de carreras, comenzando por la infantil, luego la juvenil, y finalmente la de adultos, así que con bastante frío e incluso un pequeño conato de nevada, allí que estuvimos animando a la chavalada para que pasadas las 12:20 se diera el pistoletazo de salida.

En la foto se ve claramente a los tres que finalmente ganarían, a saber Juancar, Lázaro Sesa y el chaval de la derecha de la foto que ahora mismo no me acuerdo del nombre, lo siento. A mí se me puede ver luciendo la camiseta oficial (aunque parece que voy de ninja (o de luto) detrás del grego (el de la camiseta roja).

En principio son dos vueltas para completar un total de 6 km, así que todos salimos bastante rapiditos (en parte también porque como digo hace frío, el suelo está mojado y de cuando en cuando caen algunas gotas, así que cuanto antes terminemos y nos pongamos la chaqueta, mejor), y el primer kilómetro me sale por debajo de 4. Decido relajarme un poco porque aunque quiero correr más o menos cerca de 4, la experiencia ya me ha demostrado que empezar muy fuerte no suele acabar bien, de manera que dejo que se escape el grupete de unos 10 corredores que han salido a saco y me quedo con el segundo grupete, de otros 10 más o menos, que vamos un poco menos a muerte, y en el que está la primera mujer (que de nuevo a la postre ganaría la categoría femenina).

El recorrido en sí tampoco tiene mucho que contar, un poco de callejeo y una breve salida a los alrededores por camino de tierra con un par de cuestas breves pero intensas que rompen bastante el ritmo. La cosa realmente chunga empieza al completar la primera vuelta, ya que cuando estamos terminando (en ese momento de aquel grupo de 10 ya solo quedamos unos 5 que incluso hemos adelantado a un par del grupo inicial de máquinas, que se han venido abajo) nos adelantan los tres primeros. 

Sí, sin coñas, en una vuelta de 3 km, corriendo casi a 4 resulta que antes del km 3 te doblan los primeros. Personalmente me hundo un poco, porque no dejo de darle al coco preguntándome cómo es posible, porque es que no es posible, tendrían que ir en moto, pero ahí están. La respuesta viene un poco más adelante, ya que a esos tres al llegar a la recta de meta los mandan en otra dirección, y a nosotros nos redirigen por un trayecto nuevo. Es decir, parece que es que la segunda vuelta será distinta. Vuelta al callejeo y pronto estamos en lo que ahora reconocemos como las últimas calles antes de la meta (sale que van a ser poco más de 4 km, pero igual es que han cambiado la segunda vuelta por lo tarde que se ha hecho o por el frío), por lo que empieza el pique y consigo escaparme con sólo otro chavalín siguiéndome. Esprinto si esperanzas porque la rapidez explosiva no es lo mío y aparte alguien de 20 años siempre va a tener un plus de potencia, y de hecho habría ganado el chaval si no fuera porque... resulta que esa segunda vuelta ha sido por un error del coche que iba dirigiendo, de manera que más o menos los 20 primeros hemos dado una mini vuelta extra de más o menos un kilómetro.

Es una cagada de la organización importante. Vale, es una benéfica, pero algunos salen a tope o con ciertas estrategias en mente, y en una tan corta como 6 km uno de más te trastoca bastante. De hecho, en hombres no ha pasado gran cosa porque los tres primeros eran notablemente superiores al resto, pero en mujeres la que iba primera, algo por detrás de mí, ha visto cómo de pronto le ha aparecido delante otra chica (y menos mal que al final de la carrera le ha adelantado, si no oficialmente la primera mujer en realidad habría entrado segunda por eso de que su carrera habría sido de 7 km cuando la de la otra de 6). Lo dicho, cagada épica.

Yo por mi parte entre el chasco de verme doblado y lo de encontrarme con 3 km extra cuando me había fundido bastante en lo que yo pensaba que era el sprint final pego un bajón importante, aunque afortunadamente parece que no soy el único que está en una situación parecida, y hasta el final de la carrera las posiciones más o menos se mantienen.

Tras la llegada a meta, algunos corredores se quejan y la concejala echa balones fuera diciendo que ha sido eso, un despiste del conductor-guía. El caso es que tras la cagada la cosa se arregla un poco con la chocolatada, incluso cuando te das cuenta de que mucha gente va con una bolsa y preguntas, resulta que, si lo pides (eso también es un tanto cutre, que no se dé el obsequio per se o se informe, que tengas que informarte tú y acercarte) te dan una bolsa de estas de cuerdas con una gorra "typical ruralis" (que, de nuevo cagada, se agotan y no hay para todos, esta vez la excusa es que apuntados vía web había apenas 40 personas y con la inscripción en directo la cosa ha superado los 100 participantes). En su defensa diré que si decías que tenías hijos te añadían unos caramelos.

Entrega de premios, y llegamos al sorteo, que de sorteo tenía poco pero que ha dejado a casi todo el mundo contento ya que según mi modesta observación la cosa era mirar quién estaba todavía por allí y decir su número (así han "llovido" cajas de huevos, de bizcochos, etc). Además, el speaker de 10 pero 10 10, un fenómeno en toda regla que ha amenizado la velada de forma realmente original.

Y, no lo olvidemos, la carrera era para apoyar la investigación contra el cáncer a través de ACEPAIN, que es aquí lo verdaderamente importante.


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