Habiendo corrido el sábado a muerte en
Abengibre, no parecía muy buena idea correr el jueves otra vez a
tope, pero era la primera carrera en Higueruela, dado el puente se
esperaba muy poquita gente (apenas se superaban los 400 inscritos), y
tampoco había obligación de correr al 100%, así que allá que nos
vamos.
Higueruela es la aldea de los Mancebos,
así que ellos estaban con la moral a tope dado que su idea era subir
al podio local. Yo había hablado con Mancebo padre y la idea era
esta vez sí correr juntos, al menos hasta que él me dejara atrás
ya que él corría muy motivado y yo en principio no quería ir a
tope.
Cogemos el dorsal, calentamos, y vuelvo
a las andadas: Me tiro mucho entrenando ahora que estoy viendo que es
mejor correr un par de kilómetros antes de la carrera, y a la que me
dan ganas de mear a última hora ya llego con la hora pegada, como me
ocurre esta vez. Llego corriendo cuando el Villa está a punto de
decir lo de “la carrera está en sus manos” y me llaman de las
primeras líneas: Allí están los Mancebos, así que me pongo con
ellos, de manera que es la primera vez en la vida que salgo tan cerca
de la salida (desde la tercera línea).
Allá que salimos, yo confiando en
Mancebo padre porque se supone que se conoce el recorrido, ya que
poco antes de empezar corren rumores de que la carrera no va a ser de
10 km, sino de 11 y pico con algunas subidas.
Salimos ligeros, haciendo el primer km
en 4:15, y aunque el segundo ya tiene subida lo hacemos en 4:47 (a la
postre el más lento), para volver a 4:24 el tercero. Pese a ello, el
Zorro, Javi Taxista y sobre todo Mancebo Jr. nos pasan como
exhalaciones.
Tanto Mancebo como yo habíamos corrido
ese sábado, y empezábamos a notar el cansancio, pero nos
manteníamos (hacemos los km 4 y 5 a poco más de 4:30). Mancebo iba
en general más fuerte que yo, pero yo subía mejor, de manera que
nos pasamos un tiempo alejándome en las subidas y luego él
pillándome en las bajadas y llaneos. Además aún vemos en la
distancia al Zorro y a Javi, por lo que nos vamos animando. La parte
mala es que aunque hasta el momento Mancebo ha sido el tercer local,
nos adelanta otro local y pasa a ser el cuarto. Lo bueno es que a
nuestro X-Man particular no hay quien le eche el guante, está claro
que va a subir al podio.
Llegando al km 6 empieza una bajada
tocha, y aunque yo hago es km a 4:05 Mancebo me saca bastante
distancia, de manera que creo que hasta ahí he llegado, que es su
turno de tirar millas en su lucha personal y yo tomármelo con más
calma, pero en el km7 hay una subida también muy tocha y no sólo
pillo a Mancebo sino que le echo delante.
Doy por hecho que en breve me va a
volver a pillar como hemos estado haciendo todo el rato, pero no me
coge y cada vez que miro para atrás está un poco más lejos. Parece
que la carrera del sábado y las subidas le están pasando factura,
así que aunque intento hacer un poco de remolque poco a poco se va
quedando, por lo que me toca seguir solo. Eso sí, llegados a este punto, decido seguir a tope y tratar de terminar lo más rápido posible.
Tras esa dura subida la cosa se pone
bastante llana, y consigo mantener ritmos por debajo de 4:20. Pronto
el pueblo está a la vista y eso sube la moral. Además cada vez estoy más
cerca del Zorro, lo que me anima bastante (luego me enteré de que es
que él había bajado el ritmo para acompañar a una damisela, el muy
golfo).
Llegamos al km 11 y ahí vuelve mi
maldición: Corro fatal cuando no sé la distancia exacta, y en ese
km 11 me agobio mucho, ya que no sé si tengo que ir ya a muerte, si
aún tengo que reservar porque queda mucho y además duro... Hacia el
11,200 no sólo no veo final sino que se me viene encima una cuesta
hermosa, así que aunque no aflojo el paso no lo subo, que es lo que
me gustaría si realmente queda menos de un kilómetro.
Pero tras la subida entramos en el
pueblo, y ahí ya reconozco la calle del entrenamiento previo, por lo
que ahí sí que meto todo lo que me queda. El problema es que el
resto de los corredores también, sobre todo Ana Belén Garrigos, con
la que he ido todo el tramo final de carrera y que está apretando justo detrás de mí.
Así llegamos a la recta final con algo
de ventaja por mi parte, que conservo gracias al sprint (al que me
obligan si quiero mantener la posición). Al final mi GPS marca
11,600 (aunque algunos compañeros me dicen que sus GPS marcan más
distancia, casi 12 km), que he realizado a una media de 4:28. Sin
embargo eso no es lo mejor, sino que he llegado en el puesto 95, es
decir mi mejor posición de toda la historia. Vale, estoy entre los
100 primeros porque apenas había más de 400, pero eso no hace que
me haga menos ilusión.
La pose es la típica, pero cuando llego esprintando no puedo evitar la sensación de victoria y tengo que levantar el brazo.
Poco a poco van llegando el resto de
Keniatas, y mientras van saliendo las clasificaciones y comprobamos
que, aunque Mancebo al final ha sido el cuarto local, su hijo ha sido
el primero y ganado la clasificación local con autoridad.
El piscolabis final está bastante
bien, aunque la anécdota viene cuando descubrimos que en la camiseta
del obsequio (que es tal cual, la camiseta, un plano del pueblo, y
ya) viene el escudo del club organizador, que resulta ser... el club
del pueblo del Real Madrid, y claro, su escudo es francamente
parecido al de dicho club de fútbol, lo que hace que el Zorro y el
Rayo a las dos cervezas estén a punto de quemar su camiseta.
Dado que esta vez vamos a tener doble
podio ya que a la habitual Isa se va a sumar Mancebo Jr., nos
esperamos pacientemente. Aplausos y a casita.
Como curiosidad final, está muy bien
que Championchip ofrezca además de las fotos los vídeos de la
llegada a meta, pero si tienen poco personal que lo miren un poco
más, porque el vídeo era un móvil sobre un trípode grabando a
varios metros de la meta, y no sé los vuestros, pero mi minuto de
llegada a meta es un primer plano de dos corredores quitándose el
pulsómetro y tapando absolutamente toda la pantalla y por supuesto
la meta, al punto de que no se ve la llegada de ningún corredor.
Si hubiera escrito esto en su día diría que ahora a por Tobarra, pero dadas las fechas, nos vemos en Albacete, donde casi con toda seguridad se verá la mayor concentración de Keniatas por kilómetro de toda la temporada.
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